Columna de Opinión: Donde el viento guarda memoria: homenaje a los mártires de la Sexta Compañía

Por:Luis Toledo Mora. Periodista, máster en protección civil y gestión de emergencias.


En lo alto del Cerro Miramar, donde se observa el punto exacto en que comienza el paisaje austral de canales patagónicos, y donde el viento —especialmente ese viento sur que llega con fuerza desde el seno del Reloncaví— parece llevar consigo historias de coraje y entrega, se ha escogido instalar dos placas que son mucho más que trozos de metal grabado: son memoria viva.

La Sexta Compañía de Bomberos de Puerto Montt, “Director Luis Ackermann”, inaugurará mañana sábado 30 de agosto un memorial que honra a sus mártires y voluntarios fallecidos, memorial obsequiado por la comunidad a sus bomberos.

Se trata de un gesto sobrio, pero profundamente simbólico, que devuelve a la ciudad un fragmento de su historia más silenciosa y valiente. Un gesto nacido, como nació la compañía que este año cumple su centenario, de la unión entre los bomberos y los vecinos que protegen: el fuerte lazo de los sextinos con su tradicional barrio Puerto.

Más allá de las sirenas, los aplausos y los titulares heroicos que suelen acompañar la caída de un bombero, queda un profundo vacío en su familia, en su compañía y en su entorno cercano. Solo permanece el eco de su vocación, la huella de su servicio y el compromiso de quienes siguen portando el uniforme con la misma abnegación.

Las placas que serán instaladas al cierre de agosto de 2025 son testimonio de ese pacto invisible entre generaciones: el que une a quienes dieron su vida con quienes hoy la arriesgan por otros. Los nombres de los mártires Carlos Wohlke Sandrock, José Barrientos Raicahuín y Richard Bustamante Gallardo serán recordados en una de las placas, ubicada en uno de los miradores del Cerro Miramar. Una segunda, instalada en el mismo lugar, recordará a todos los sextinos que ya partieron.

La ceremonia, que será encabezada por el Director Carlos Oyarzún Almonacid junto al Superintendente Jaime Jonshon Cárdenas, no está pensada solo como un acto institucional. Es una invitación que hace una comunidad histórica de Puerto Montt (el Barrio Puerto) a mirar hacia atrás con respeto y hacia adelante con responsabilidad. Porque recordar a los mártires no es un ejercicio nostálgico, sino una forma de reafirmar el sentido profundo del servicio público, de la solidaridad territorial y de la constancia que define al Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt: el cuerpo de una ciudad joven que, sin embargo, se cuenta entre los más antiguos de Chile.

En tiempos en que la memoria suele ser desplazada por la urgencia, este gesto nos recuerda que hay historias que merecen ser contadas una y otra vez. Que hay nombres que deben permanecer grabados no solo en placas, sino en el corazón de la comunidad. Y que cada vez que una compañía sale a enfrentar el fuego, lo hace también en nombre de quienes ya no están, pero siguen presentes en cada acto de entrega.

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